En la mañana del jueves 21 de diciembre, el Papa Francisco recibió en audiencia en el Aula Pablo VI a los trabajadores del Vaticano y a sus familias, a quienes no solo les agradeció por el trabajo que realizan sino que también les habló sobre la familia, las habladurías y el perdón.
En primer lugar, el Papa Francisco habló de la actual crisis laboral que afecta no sólo a Italia y a Europa, sino al mundo entero, y que ha afectado también a algunos trabajadores del Vaticano. Manifestando su preocupación, Francisco recordó que no quiere trabajo en negro para ningún empleado de la Santa Sede y pidió perdón en caso de que estas circunstancias sigan teniendo lugar dentro de la estructura de la institución eclesiástica, ya que, según dijo, “ se trata de un problema de conciencia porque no es posible tener por un lado la Doctrina Social de la Iglesia, y por otro, hacer estas cosas que no están bien”. Por otro lado, resaltó la importancia de considerar el trabajo como “un camino hacia la santidad, la felicidad, una senda que nos lleva siempre hacia adelante y nos da dignidad”; y los alentó a conservar el trabajo y empeñarse en realizarlo de la mejor manera posible.
En segundo lugar, Francisco mostró su preocupación por las crisis matrimoniales que afectan a algunas familias: “Voy a ser sincero. Cuando me entero de que una familia está en crisis, de que hay niños que se angustian porque los padres discuten, sufro» En este sentido, les pidió que se dejaran ayudar, en especial por los niños, porque cuando los padres discuten, los niños sufren.
En tercer lugar, el Pontífice puso atención en un foco conflictivo que tanto daño hace a las personas en general, así como a las Instituciones en particular y del cual el Vaticano no está exento: las habladurías y chismes. Al respecto, afirmó que “El chismoso es un terrorista, porque hace como los terroristas: tira la bomba y se va, ésta explota y daña a los demás, la bomba es la lengua”, y anotó que uno de los antídotos más efectivos para evitar caer en esta tentación es morderse la lengua.
Por último el Papa Francisco propuso el perdón, como el elemento estrella que debe brillar en esta Navidad y del cual no debemos sentir miedo, ya sea al pedir perdón, como al perdonar: “No tengan miedo, tampoco ustedes de pedir perdón, si la conciencia les llama la atención por algo, busquen un buen confesor y hagan una buena limpieza”, fue el consejo del Santo Padre.
Teniendo presente en su pensamiento, de modo especial a los enfermos, el Papa concluyó deseando a todos una Feliz Navidad, «llena de la verdadera alegría que brota del interior del corazón». Asimismo, impartió su bendición apostólica a todos los trabajadores y les recordó que no se olviden de rezar por él.