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Una condena sin futuro no es humana, es una tortura. Mensaje del Papa a reclusas

“Ser privado de libertad no es lo mismo que estar privado de dignidad”: lo aseguró el Papa Francisco en el saludo que dirigió a las detenidas del Centro Penitenciario femenino “San Joaquín” de Santiago de Chile.

El Pontífice fue recibido por el Comandante del Penitenciario, cinco Capellanes y  dos recluidas con sus niños.

“Gracias” por la oportunidad de poder estar “cerca de tantos hermanos que hoy están privados de libertad” fue la manera como el Papa inició su saludo al grupo de 500 detenidas presentes, seguido por el agradecimiento a la religiosa encargada de la pastoral por sus palabras de bienvenida, y por el testimonio valiente de una de las detenidas, Janet, que “pidió perdón”. “Gracias, le dijo Francisco, por recordarnos esa actitud sin la cual nos deshumanizamos”.

Durante este encuentro, el Papa Francisco reflexionó sobre 4 aspectos de trascendencia para la vida de las reclusas:

La capacidad de gestar futuro: respecto a esto, el papa les recordó a las penitenciarias que muchas de ellas son madres, y por lo tanto, saben qué significa gestar vida.  “Hoy se les pide que gesten el futuro, que lo hagan crecer, que lo ayuden a desarrollarse”, y aseguró que esa capacidad de gestar futuro, “les  permite luchar contra los tantos determinismos ‘cosificadores’ que terminan matando la esperanza”. “Ninguno de nosotros es una cosa: somos todos personas y como personas tenemos la dimensión de la esperanza”.

Todo no da lo mismo: Francisco evidencia que la falta de libertad no significa falta de dignidad ni es sinónimo de pérdida de sueños y de esperanzas. Por ello insiste en que “es necesario luchar contra todo tipo de etiqueta que diga que no se puede cambiar, o que no vale la pena, o que todo da lo mismo.

Mirar adelante: en este aspecto, el Papa anotó que los hijos son “el recuerdo vivo de que la vida se construye para adelante y no hacia atrás”. De ahí la invitación a mirar hacia “la reinserción en la vida corriente de la sociedad”.

Generar procesos, recomponer vínculos: Por último, el Papa Francisco expresó que lamentablemente la pena de la cárcel se reduce sobre todo a un castigo, sin ofrecer instrumentos adecuados para activar procesos”. La sociedad “tiene la obligación de reinsertar a cada una”, con un proceso personal de reinserción.

En este sentido el Papa Francisco recordó que la seguridad pública “no hay que reducirla a medidas de mayor control sino y, sobre todo, hay que edificarla con medidas de prevención, con trabajo, educación y mayor comunidad”.

Por último, el Papa se dirigió a los agentes de pastoral, voluntarios, personal y sus familias, deseándoles que las autoridades puedan asegurarles condiciones necesarias para desarrollar su trabajo con dignidad: “Dignidad que genera dignidad”, dijo. “La dignidad se contagia”; “la dignidad genera dignidad”.

Tomado de Radiovatican.va

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