A lo largo de las últimas semanas, el Papa Francisco ha señalado la necesidad de aprovechar la Cuaresma para emprender un camino de conversión y renovación espiritual que permita prepararse para la Semana Santa.
Con ese objetivo, el Santo Padre comenzó el pasado domingo 18 de febrero su retiro espiritual anual junto con los miembros de la Curia Vaticana en la Casa del Divino Maestro, en la localidad italiana de Ariccia, que finalizarán el próximo viernes 13 de febrero.
Esta casa de retiros es un lugar privilegiado para la oración y la meditación. Rodeado por 12 hectáreas de bosques con diversos recorridos y representaciones escultóricas del Vía Crucis y de los misterios del Rosario, se encuentra dentro de los límites de Castelli Romani, Diócesis de Albano.
Este lugar de retiros se fundó en el año 1914 por iniciativa de Don Giacomo Alberione, sacerdote italiano fundador de los Paulinos, constituida por laicos y sacerdotes.
En declaraciones a la prensa, el Padre Olinto Crespi, uno de los cinco Padres Paulinos que administran la casa de retiro Divino Maestro, explicó la rutina general del Papa durante el tiempo en que duran los ejercicios: “Sabemos que el Papa no se mueve mucho: del dormitorio va a la capilla y de ahí al comedor. Habla muy poco, incluso mientras come. Siempre hay música de fondo y debemos estar en silencio. Son unos verdaderos ejercicios espirituales según el estilo de San Ignacio”.
“Empezamos con la Misa, después es el desayuno y luego otra vez vamos a la capilla para la mediación. Volvemos a la capilla nuevamente después del almuerzo. Mientras muchos otros grupos se reúnen en el auditorio, el Papa quiere estar solo en la capilla. Esto dice mucho sobre el ambiente que el Papa quiere crear. Debemos guardar también silencio, quiero decir, tenemos que desaparecer de alguna manera”.
El sacerdote encargado de la predicación es José Tolentino de Mendonça, vicerrector de la Universidad Católica Portuguesa, quien ha elegido como tema para el retiro: “elogio de la sed”.
Como explicó el mismo José Tolentino de Mendonça en una reciente publicación, se trata de un tema bíblico, que ha sido elaborado muchas veces por la tradición cristiana, y que es, al mismo tiempo, un “mapa real y sumamente concreto, que nos ayuda a mantenernos sintonizados con la vida diaria”, puesto que siente interés, sobre todo, por una espiritualidad de la vida cotidiana”.
Asimismo afirmó que para el sacerdote el corazón “es un ilimitado depósito de sed”: sed de amor, de verdad, de reconocimiento, de razones de vivir, de justicia y de infinito, sin olvidar que “Jesús se identificó con los sedientos, mientras que una de sus últimas palabras en la cruz fue: ‘Tengo sed’. De modo que la sed llega a ser así una hermenéutica necesaria, no sólo para alcanzar el corazón humano, sino también para comprender el misterio de Dios”.
Puesto que Francisco no estará en Roma no habrá audiencias públicas ni encuentros privados. El papa regresará el viernes 23, día en el que ha convocado una jornada de ayuno y oración por la paz, especialmente en Sudán del Sur y República Democrática del Congo.